Cerrando ciclos para volver a empezar…

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A lo largo de la vida vamos rompiendo y empezando nuevos ciclos, unos que parecen no acabarse nunca, otros que duran un tiempo específico en nuestro proceso vital y otros que se van, dejándonos con la sensación de no haberlo vivido lo suficiente. Hoy se cerró uno para mi, se fue tan pero tan rápido que ni siquiera pude saborear la felicidad que me generó, cuando ya estaba con sentimientos encontrados dejándolo partir. Se me fue de las manos tan rápido e inesperado como vino, y pienso que a veces la vida es así, nos pone contra a la pared cuando menos lo esperamos; nos da pero así mismo todo puede esfumarse en un abrir y cerrar de ojos, y no está mal, eso nos enseña a dejar el ego y el apego, dos sentimientos de los que cada vez estoy más desprendida…Los he aprendido a sacar de mi vida desde que salí de mi zona de confort y vivo en otro país.

Hace dos semanas llegó a mi vida una oportunidad laboral para trabajar ¡por fin! en algo de escritura, escritura en español, en un país en el que hablan inglés. Todo fue mejor de lo imaginado. Mis compañeros súper amables, comprensivos, me integraron a la oficina casi inmediatamente; un jefe agradable y sociable, un buen salario y 8 horas que no me parecían difíciles porque para mi no es un trabajo escribir, y por ahí mismo unas clases gratis de inglés, por aquello de tenerlo que hablar y escuchar durante todo el día. Fueron dos semanas muy bonitas, creo que de tanto desear trabajar en algo de comunicación y quejarme por hacer otro tipo de trabajos en Malta, la vida quiso darme un contentillo para que me relajara, me volviera a ilusionar con mi profesión y siguiera con toda la fuerza para volver a persistir. Pero lo que no sabía era que dos semanas después la oportunidad se iba a ir de mis manos por culpa de una nacionalidad y un papel… ya saben que los colombianos, en general los latinoamericanos, tenemos las cosas el doble de difícil cuando buscamos oportunidades en el exterior.

Una fecha, una simple fecha, me impidió seguir trabajando en Malta, al menos hasta los próximos 3 meses. Al principio me puse un poco triste y desmotivada buscando mil preguntas: Entonces, ¿Por qué me salió trabajo si ni siquiera estaba en mis planes de este año?, Si todo era lo más parecido a un trabajo ideal para iniciar mi vida profesional en Malta, ¿Qué fue lo que pasó?, etc… busqué y busqué posibles respuestas, hasta que recordé que llevo dos años aprendiendo a dar la bienvenida a nuevas cosas en mi vida, pero también he aprendido a decir adiós con la misma facilidad. A recibir y a renunciar.

Me despido de personas que se convirtieron en amigos al cabo de un tiempo, me acostumbro a una vida a la que el día menos pensado tengo que dejar, mi vida cabe en dos maletas y un bolso de mano que llevo conmigo a un nuevo lugar en el que todo vuelve a empezar… Me despido de  la que fue mi casa, de mi cama, de caras, caminos, paisajes,  acentos, horarios y  lenguajes.. Me despido de todo sólo sintiendo en mi corazón un profundo y sincero agradecimiento por las experiencias que la vida me invitó a vivir en ese lugar..

Y es ahí donde lo vuelvo a comprender, la vida es cambio, agradecimiento, desapego; la vida es fluir, así la manera en que te impulsa no sea precisamente como la idealizabas. Cada vez entiendo más que soy una parte de un todo. Estoy en todo pero a la vez no tengo nada, le pertenezco a todo pero no le pertenezco a nadie. Le pertenezco a Colombia y a la vez no, pertenezco a los lugares en que me he formado, pero a la vez no. Creo que no le pertenezco ya ni a la Luisa que alguna vez fui.

En un mes volveré a mi país, lo quería de corazón, creo que también ahí la vida me dio otro empujoncito para hacerlo más rápido de lo pensado, aunque la manera de darme el deseo me costara la parte laboral. Pero no importa, yo sigo confiando en las señales de la vida. Sé que no es un NO sino mejor un ESPERA. Un nútrete de tu familia, ámalos, disfruta de tu gente y tu comida y en 3 meses vuelves con la actitud guerrerita de siempre y lo vuelves a intentar. Las tristezas se convierten en filosofía, y la mía es dejar que se cierren ciclos que se tienen que cerrar, no importa el tiempo, lo importante es que lo viví, y abrirme sin preguntas para recibir cosas mejores que seguro están por venir.

«Cuando tomas la vida sin ningún tipo de apegos, ganas algo imprescindible, la libertad». Lú 

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