La vida es un constante renunciar…

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La vida es un constante renunciar. Renunciamos a cosas que queremos por otras que necesitamos, y renunciamos a cosas que necesitamos por perseguir aquellas que queremos. Renunciamos a ambientes seguros por paisajes desconocidos y después queremos renunciar a la aventura al tener los primeros tropiezos y sentir terror.

Renunciamos a vivir una vida “normal”, o lo que muchas personas llaman así como terminar la universidad, encontrar un trabajo “estable” para comprar la casita y el carro que prueba que triunfamos en la vida, conseguir marido, casarnos, tener hijos y seguir allí, para luego renunciar al ferviente deseo de vivir una vida diferente porque la vida se pone difícil y a veces el camino deseado no es el más sencillo de lograr. Renunciamos a los que nos aman por perseguir el amor, y renunciamos al amor después de haberlo encontrado alegando causas irreconciliables. Renunciamos a la idea de ser madres por querer una libertad eterna e infinita, y renunciamos a esa libertad cuando los años pasan y soñamos con la idea de que alguien nos llame mamá. Renunciamos a la idea de matrimonio porque no necesitamos títulos ni fotos de bodas para sentirnos seguros y renunciamos a esa comprometida libertad porque se dice que una «relación normal» siempre debe dar un paso más…

Renunciamos a los consejos de mamá cuando creemos que las sabemos todas, y renunciamos a nuestra propia autonomía cuando creemos que alguien sabe más. Renunciamos a repetir la historia de nuestra familia porque queremos hacer las cosas distintas y renunciamos a hacer las cosas diferente porque en la diferencia «uno nunca sabe que se puede encontrar…» (mejor malo conocido que bueno por conocer)

Renunciamos a los preceptos de belleza cuando sentimos que encajamos en un mundo con menos estereotipos, y renunciamos a ser nuestro más natural YO porque la sociedad, con su dedo apuntador, nos puede juzgar.

Renunciamos a las amigas de la infancia por designios de la vida y ellas renuncian a nuestra amistad cuando te conviertes en un recuerdo más. Renunciamos a nuevas personas cuando nos volvemos desconfiados y cuando sentimos que nadie merece nuestra confianza, y renunciamos a las viejas amistades cuando vemos que sólo quedan viejos recuerdos de Facebook de años pasados y , a parte de eso, nada más…

Renunciamos a los formalismos y a las disculpas, a estar de acuerdo con todos y al deseo que todos estén de acuerdo con nosotros, pero también renunciamos a nuestra opinión interna por encajar con personas que no siempre nos interesan sólo para conseguir un medio o alargar una tediosa conversación.

Renunciamos a nuestra tierra por nacionalizarnos en tierras ajenas en busca de nuevas oportunidades, y renunciamos a esas tierras cuando extrañamos cosas que sólo tenemos en el lugar que nos vio crecer. Rechazamos a nuestros padres cuando vemos reflejados en ellos nuestros propios miedos, y rechazamos la idea de que nos estamos alejando de ellos porque, para nuestro bienestar, eso nos hace sentir mejor.

Renunciamos a comprar la dichosa casa y el carrazo nuevo por viajar mochila al hombro y vivir de hostal en hostal , y luego rechazamos esa vida «hippie y callejera» cuando el reloj marca y marca horas y empezamos a pensar en lo que decía nuestra madre sobre la “estabilidad”.

Renunciamos a todo, y no renunciamos a nada. Pero nuestra peor renuncia, es renunciar a ser la verdadera versión de nosotros mismos para ser la idea preconcebida de los demás, y después renunciamos a esa mentira y nos encontramos con muchas caras en el espejo y una pregunta en el aire…¿cuál de todas soy?.

Renunciamos a nuestras pasiones porque ya estamos demasiado viejos para hacerlas o porque consideramos que en esta vida la cosa no cuajó, y renunciamos a ese pensamiento y nos atrevemos a hacer cosas nuevas por ridículas que se nos vean porque sencillamente las queremos hacer.

Renunciamos a las promesas de despedidas y a las promesas de viaje, y renunciamos a esas cosas que nos prometemos cumplir después de ser los culpables de una decepción o las víctimas de ella.

Renunciamos a las comodidades, a los títulos, apellidos y pasados, y renunciamos a un futuro por miedo a perder, y renunciamos a no ser nadie y empezar de cero porque el ego pide a gritos volver a ser lo que un día fue…

La vida y sus renuncias…¿Lo habías pensado? Cuando aceptamos algo nuevo siempre renunciamos a algo, así no lo digamos en voz alta o no lo admitamos…

La vida es un constante renunciar.

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49 comentarios en “La vida es un constante renunciar…

  1. yo renuncié a mi vida de comfort, para venir a Europa. No fue fácil, lloré mucho. A veces critican sin conocer el por qué tomamos decisiones de venir a su país. En mi caso, dejé 43 años de mi vida en Argentina, padres, hermano, sobrinos, primos, tíos. Pero tenes que pensar en tí y en tu familia y es lo único que tenes. Renunciar, desarraigo, son cambios drásticos, pero luego mirando el presente decís, bendito es este país que me ha acogido.
    Un beso

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  2. Muy buena reflexión, pero la verdad tienes razón,. Lamentablemente muchas veces tenemos que renunciar a nuestros sueños, por otras cosas que valoramos mucho más, y como tú dices, mama a los que hemos renunciado y luego….. Reconozco que por mi parte no he renunciado a muchos de sus consejos, pues la mayor parte del tiempo le hecho caso y la verdad no me ha ido mal. un saludo

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  3. Y renunciamos porque otros nos obligan a renunciar. Pero no hay que verlo como renunciar, sino como escoger. Escoger una de las multiples opciones que se nos presentan en la vida. No quisiera verlo como renunciar, porque renunciar suena a perder, y no se puede perder lo que no se tiene.
    Un beso!

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  4. Tanta sabiduría en estas letras, es así, constantemente todo el tiempo estamos renunciando a algo directa o indirectamente, por elección o sin ella, conscientes o inconscientes, pero en una renuncia continua.

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  5. La verdad es que más claro el título de tu post de hoy imposible y el contenido es realmente profundo ya que refleja una cruda realidad. Digo cruda, no porque sea mala sino porque es parte de la vida del ser humano. Nadie, puede tener todo lo que desea, nadie. Siempre por insiginificante que sea hemos de renunciar a algo. Y hay veces que esa renuncia es un alto precio que hay que pagar por una elección que se ha tomado.

    Una gran reflexión. Saludos.

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  6. Siempre queremos lo que no tenemos y cuando lo tenemos ya no lo queremos. Está en la naturaleza humana estar persiguiendo siempre ese cambio de conseguir cosas que deseamos en un determinado momento o no hacerlas por miedo pero al final cuando llegan vemos que no eran tan importantes y queremos otra cosa…

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  7. a veces las renuncia sno son algo negativo, puede srenunciar a algo porque ya no estás de acuerdo con eso o porque ya no te gusta la idea, a veces renunciar es avanzar por el lado positivo

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  8. Lo acabo de compartir en mi perfil de FB porque me ha encantado tu post, está claro que si haces esto renuncias a aquello y nunca sabes si acertarás con la decisión. En economía es lo que se llama «coste de oportunidad» pero se puede aplicar a otros aspectos de la vida.
    Bss.

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  9. Muy buena reflexión y tienes razón, sea cuál la decisión que tomes, siempre renuncias a algo, esas renuncias formaran nuestro destino, muchas veces nos equivocaremos y volveremos al principio o no, no me había parado a pensarlo, gran verdad: La vida es una renuncia constante.

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  10. Cierto de principio a fin, la vida es una constante toma de decisiones y eso significa siempre renunciar a algo; algunas son más fáciles que otras pero siempre se trata de elecciones.

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  11. Bueno soy una chica joven, pero en estos últimos años me han ocurrido asuntos personales de los cuales he tenido que renunciar a una serie de cosas, que mas tarde o más temprano me han sido o no beneficiosas, pero hay una cosa que siempre digo, que la vida o el momento puede darle una vuelta a la situación que renunciando a una cosa puede que llegue otra.
    Muy bueno tu post. Un beso muy grande.

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  12. Me ha encantado el post. Cuanta razón tienes! Renunciamos a tantas cosas! Yo
    Ahora mismo estoy en un momento que me planteo si me compensa renunciar a algunas cosas, renunciar s ser feliz por otras ..

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  13. Hola guapa!
    Me encanta tu post, me ha gustado muchísimo tu texto y perderme en la reflexión que supone.
    La verdad es que es imposible vivir sin renunciar a algo, porque todo no se puede tener, pero sin duda la clave está en saber a que renunciar y a que no, verdad?
    Un besazo

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  14. Hola Lu, cuanta razón en toda la reflexión y que te lo digo yo que ha tocado analizarlo muy detalladamente al emprender en una sociedad que sencillamente no está hecha para emprender…
    Un saludazo y un placer haberte saludado.
    Abrazos

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  15. Hola qué bonito texto, me gusto todo lo que dice y tiene toda la razón. Siempre andamos renunciando a algo, algunas veces por amor, amistad o por otras cosas. Te felicito por escribir tan bonito.

    Saludos xoxox

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  16. ¡Hola! nunca lo había visto de esa manera, y tienes mucha razón, cada vez que hacemos algo para tener o ir o lo que sea, sacrificamos algo más por pequeño que sea, en muchas de esas ocasiones sacrificamos cosas muy grandes pero ya depende de nuestros ideales 🙂 siempre es bueno priorizar y bueno intentar ver el panorama completo. saludos

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  17. ¡Buenas! Encuentro que ha sido un buen post reflexivo. A veces no te paras a pensar en las cosas que estás renunciando por tener otras, en las cosas que dejas de lado para alcanzar otras que te importan más… la vida está basada en renuncias, en perdidas… pero también en otras cosas que se ganan cuando has perdida otra, en miles de momentos que al final hayas hecho lo que hayas hecho, salen bien y te compensa. Muak!

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  18. Lo he pensado muchas veces, pero nunca me he puesto a pensar punto por punto de mi vida, y de los ámbitos en los que vivo y que constantemente renuncio a cosas para tener y/o conseguir otras. Soy una persona que me gusta cada tanto detenerme a pensar estos aspectos de la vida y la verdad que me has hecho pensar bastante. Gracias por compartirlo 🙂

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